domingo, 31 de mayo de 2020

ROBERT EGGERS, DE UN BOSQUE A UN MAR DE SÍMBOLOS.

En el 2019, Robert Eggers sorprendió al mundo con su segundo largometraje: El Faro. Para adaptar de manera más realista una historia transcurrida en Nueva Inglaterra sobre dos fareros a finales del siglo 19, el director norteamericano sorprendió con la curiosa realización de ésta cinta en formato blanco y negro y con una relación de aspecto de 1:19:1. Al mismo tiempo, esto puede ser también un pequeño homenaje al cine de terror clásico, referente de inspiración al director.  

Pero, a un año de su estreno,  mucho es lo que se ha exprimido a cerca de esta curiosa película y su contenido. Como ya lo había demostrado en La Bruja, queda claro que a Eggers le gusta jugar con el aspecto visual, el mensaje icónico dentro de la película y  la estimulación mental al espectador. Muchos son los análisis e interpretaciones que pueden encontrarse en la web sobre ésta película, decodificando la historia, el final y a sus personajes. Pero, independientemente de las respuestas que nos podamos llegar a formular, está claro que cada uno de los elementos que componen ese código tienen una fuerza descomunal en la historia. Es por ello que en esta ocasión, haremos una retroalimentación de los símbolos que dan fuerza a la película.