Parecía que, en cuestiones de tiempo, los evos en que nos
habíamos sumergido no permitían la primera entrada del blog. Pero, finalmente,
hela aquí, esperando que sea la primera de muchas que puedan gustar al lector.
Suspiria es una película del año 2018 qué, algunos sabrán,
es un remake de la película de 1977 del mismo nombre, dirigida en ese entonces
por Darío Argento. Personalmente, las comparaciones siempre están demás cuando
hablamos de trabajos creativos, pues las perspectivas y enfoques nunca serán
los mismos para distintos autores aun cuando de la misma obra se trate. Por
ello, solo nos enfocaremos en la obra más reciente dirigida por Luca
Guadagnino.
Encontrar elementos que puedan sobrecogernos en Suspiria no
es nada difícil, pues a donde sea que veamos, o escuchemos, encontramos
elementos de sobra para enamorarnos de un film hipnóticamente oscuro y sombrío.
Lo primero que debes saber es que si eres un amante de las brujas, los
rituales,el terror místico y sobrenatural... Esta es tu película.
El primer punto lo abordaremos con la historia. En los 150
minutos que dura la película, poco más o menos eso, la película nos lleva
dentro de una narrativa lenta e hipnótica, que para algunos podrá incluso rozar
en lo aburrido, pero si algo tiene este film es que es precisamente eso,
material para gustos selectivos. La historia se centra en Susie, quien llega a
Alemania para cumplir su sueño en una academia de baile en la que poco a poco
nos damos cuenta, muchas cosas no son lo que parecen. De la mano de esta
historia, encontramos la de un psiquiatra que, siguiendo pistas de una paciente
desaparecida, llega hasta la academia de danza gobernada por mujeres y empieza
a sospechar de lo que sucede en su interior. Dos historias que funcionan muy
bien juntas y que se alimenta una a otra para darnos un buen desenlace.
La historia original
de esta película fue coescrita por Darío Argento (Director del film original),
y Daria Nicolodi, quienes a su vez se basaron brevemente en el ensayo de Thomas De Quincey: Suspiria de Profundis
(Suspiros desde las profundidades). Ahora, estos datos solo sirven como
referencia, pues como ya he mencionado nos centraremos en la obra más actual y
personalmente, desconozco el contenido del ensayo.
Por otra parte, probablemente sea la parte visual el
elemento más poderoso de la película. Para empezar, tenemos la ambientación de
un Berlín sombrío que retrata perfectamente el contexto político y criminal del
"Otoño Alemán". Acá, la ciudad
alemana se nos presenta cómo un personaje más ante el cual nos es imposible no
deslumbrarnos. Los tonos grises y melancólicos se ajustan perfectamente a la
historia de las brujas y a la historia del psiquiatra, incluso pudiendo ser
testigos de una película muy metafórica en cuanto a su simbolismo respecto la historia alemana.
Otra aspecto visual muy interesante de la película son los
tonos de luz utilizados para ambientar ciertas escenas como los bailes (en los
que refuerza un simbolismo muy sensual),
los sueños de la protagonista o la vida dentro de la academia, siendo
testigo el recinto de la escenas más sangrienta y emblemática de la película en
donde los tonos sugieren un refuerzo más y llenan de un aire gélido y apócrifo
todo la pantalla.
En cuanto a las actuaciones, a pesar de contar con un
soberbio elenco desde Mia Goth, , Ingrid Caven, Sylvie Testud, Renée
Soutendijk, o Chloë Grace Moretz, es claro que al ver la película que los
reflectores se los llevan Dakota Johnson
y Tilda Swinton. En el caso de Swinton, probablemente te intrigue al principio
pero, la mujer realiza tres papeles en la película, convirtiéndose en un
autentico camaleón y haciendo uso de un cromatismo que ya ha demostrado antes
en su carrera. En el caso de Jhonson, nunca la habrás visto tan sensual e
hipnótica, haciendo que sus papeles en aquella trilogía comercial sean comida
recalentada, mientras que acá nos sirve un plato fuerte en el que es imposible
quitarle los ojos de encima.
La música es un elemento que no pasa desapercibido, pues está compuesta por un genio como lo es el vocalista de Radiohead, Thom Yorke. Si los
elementos visuales se ciñen a nuestra mente con su sola construcción simbólica,
la música refuerza cada elemento visual, a tal punto de envolverte en la
emoción de cada personaje y hacerte sentir desde el más fatal de los dolores a
la más desembocada excitación. Yorke se caracteriza por generar sonidos muy
melancólicos y emocionales, que también se funden en la ambientación del film.
Guadagnino eligió al hombre correcto para el trabajo.
Con todos estos elementos probablemente sea muy difícil
decirle que no a semejante película, pero aun cuando todos esos puntos importantes hacen que la película funcione, el mejor elemento, desde nuestro
gusto, es esa originalidad respecto a películas actuales del genero. Cuando ves
Suspiria no pareciera que estas viendo cine de terror actual. Este es cine
trabajado, a la antigua, mucho orden visual, maquillaje, coreografía, sin un
uso excesivo de movimientos de cámara o efectos digitales. Si no supiera más
diría que estoy viendo una película que se hizo de culto hace más de 30 o 40
años, pero no, es una película de 2018.
Finalmente, solo queda decir que si no has visto la
película, es un buen momento para hacerlo. Para dejarte adentrar por ese
vorágine de magia y horror sobrenatural, en el que las brujas de la academia,
cual régimen autoritario, se imponen despóticamente ante seres más débiles e
influenciables, generando abuso, generando un aquelarre de emociones en los
menos agraciados... ¡Hey! ¿En dónde escuché eso antes?
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