domingo, 7 de junio de 2020

ANIMALES NOCTURNOS (2016), UNA IGNORADA Y OSTENTOSA OBRA DE ARTE

Cualquiera pensaría que contar con Amy Adams y Jake Gyllenhaal en protagónicos sería razón suficiente para hacer trascender mediáticamente una película. Y, si a eso le sumamos actores de la talla de Aaron Taylor Johnson, Michael Shannon, Armie Hammer, Isla Fisher, y Laura Linney, entendemos que no hay razón para que pueda llegar a ser una película de bajo perfil. Sin embargo, Animales Nocturnos (Nucturnal Animals),  no solo paso muy por debajo del radar durante su estreno en el año 2016, sino fríamente ignorada en temporada de premios por muchas otras películas muy por debajo de la media. 

A pesar de ello, la película recibió muy buenos comentarios por parte de la critica, gran recepción del publico que ha podido observarla, y ha ganado un lugar en estos pocos años desde su estreno como una de las mejores películas de la década pasada. Es por ello que, en mi particular punto de vista, parece importante señalar cuales son los elementos que hacen de Animales Nocturnos una de las mejores películas en los últimos cinco años. 

Lo primero a resaltar es la dirección de Tom Ford, quien junto a su director de fotografía, Seamus McGarvey, nos entregan desde los primeros minutos una atmosfera envolvente, en donde los colores, los tonos, la música, cada objeto en escena y los actores, se unen a ese enorme lienzo para dar vida a una obra de arte. Vemos cada secuencia, cada escena y cada frase dicha por un actor y tenemos la impresión de estar justo donde el director nos quiere. Caímos en su trampa y no podemos liberarnos. 

La fotografía, juega un papel extraordinario, pues se vuelve el indicador de líneas temporales en la historia. Tonos en el ambiente, comparación de los paisajes o primeros planos en las tres líneas narrativas, nos envuelven en las tres historias sin dejar de percibir la unión entre ellas. Somos un jinete montando al perro de tres cabezas. Además, el encuadre de cada elemento, los colores en la ropa o la piel de los actores, y los movimientos de cámara lentos para aumentar la tensión, nos entregan hermosas postales con cada fotograma. Un trabajo sin duda excepcional. 

Pero, una historia no puede ser contada sin la elaboración de un buen guion, y a falta de haber leído la novela de Austin Wright (Novela en la cual está basada la película), diré que la adaptación realizada por el mismo director, Tom Ford, es excelente. Al no tener el referente de la novela, no se puede establecer comparación, pero para que se desea cuando la historia que recibimos en la cinta fue magnifica. Drama, suspenso, por momentos terror, ciertamente aunando con la fotografía obtenemos una estética total de Neo Noir.  Dentro de los temas, cabe resaltar la minuciosidad con la que el suspenso fue trabajado, pues la tensión sin duda es algo que se ve afectado en el espectador durante gran parte de la película, haciendo de esta una experiencia exageradamente vivida. 

Sin ir demasiado rápido, pero con mucha carga emocional, la línea narrativa de la película nos envuelve desde los primeros minutos.  Entendiendo que nos involucra dentro de tres historias diferentes, pero unificadas, resulta una genialidad como en ningún momento esto resulta confuso, pues cada línea narrativa anterior, se mimetiza y nos entrega una delicada caricia de cambio de pagina. Aunado al trabajo de los actores, cada dialogo en el guion es preciso y justo, exaltando así las interpretaciones y la historia. Aun cuando en líneas generales todos los actores cumplen de manera superlativa con sus personajes, es destacable el trabajo de Aaron Taylor Johnson y Michael Shannon, siendo hipnotizantes, hilarantes y tomando en ellos toda la energía escénica cuando aparecen. 

Por otro lado, la música no se queda atrás. Si pudiéramos definir la participación dentro de la película, la palabra seria, Puntual. Siempre en el momento y lugar preciso, aumentando tensión, creando nostalgia, o iconizando una escena. El uso muy estilizado de la música es hasta nostálgico,  recordando mucho a films de décadas anteriores, muy parecido a mi juicio con el uso musical a El Resplandor o Instinto Básico. Pero, la música es solo otro elemento simbólico dentro de este enorme rompecabezas. La música es tan importante que la película no funciona sin ella, y esta no funciona sin el resto de elementos. 

Finalmente, la simbología es sin duda el gancho enorme de la película. Visualmente la historia se cuenta por si sola y mucho más de lo que en su momento podemos llegar a percatarnos. Lo que hacen los actores con gestos o ademanes, los elementos colocados en una habitación, las situaciones que viven, todo funcionas como parte de un símbolo más grande. El libro es quizá el símbolo más emblemático de toda la película, pues es quien nutre el centro de todo, la pequeña caja de pandora, y nos entrega un desenlace tan poético como su metáfora. 

Me atrevo a decir que, con los años, seguramente Animales Nocturnos habrá ganado un lugar dentro de la cultura fílmica como una película de culto. Y tal como en su historia, verá como aquellos que brillaron levemente sin justificación ni merito, quedarán plantados en la cena del éxito, esperando algo que nunca vendrá, o que nunca existió. 


Puntuación: 4/5  😺😺😺😺

No hay comentarios.:

Publicar un comentario